Hace cuatro meses empezó uno de los
períodos más bonitos de mi vida, y aunque tenía claro que iba a disfrutar mis
prácticas nunca pensé que llegaría a sentirme tan completa tras vivir esta
experiencia, ni tan vacía por haberla acabado.
Ser profe de infantil es llegar al
cole y sentirte todos los días la más guapa, la más lista, la más alta... Es
llegar a clase con una sonrisa de oreja a oreja, armarte de paciencia cuando
hay un día gris, aprender cada día de ellos sin que su intención sea enseñarte,
es saber aceptar tus errores y aprender de ellos, es un largo etcétera que
nunca terminaría, pero sobre todo sientes que eres la mejor versión de ti
mismo, y todo te lo ofrece un grupo de personas que te lo da todo sin pedir
nada a cambio.
Pero de pronto llega un día en el que
te levantas y te das cuenta de que ya han pasado los cuatro meses de prácticas,
y sólo me queda dar las gracias a esas maravillosas personas que se han quedado
con un trocito de mi corazón.
Gracias a todos los profes por
hacerme sentir una más desde el primer día, por los buenos ratos que hemos
pasado y por los consejos, que ya han sido apuntados.
Millones de gracias a Cira, Belén y
Fernando por todo lo que me habéis enseñado. He tenido la suerte de poder ver
trabajar a grandes profesionales con diferentes metodologías. Ha sido un placer
"trabajar" con vosotros, me habéis facilitado mucho mi período de
prácticas y siempre tendré este recuerdo del que formáis parte.
"Cuando os hagáis pequeños, de
mayores querréis ser de nuevo pequeños".
Gracias.
Irene Castillo del Cerro, maestra en prácticas en nuestro cole.