Nuestros pequeños ya descansan en sus camas después de un día agotador. Los últimos en dormirse los más enanos, los de 3 años, y no ha habido ningún lloro. Tras el paseo por el bosque a oscuras en el que algunas han pasado algo de miedo se han tomado un vaso de leche y a la cama.
Los monitores de la granja están encantados con los niños, dicen que son muy buenos y que es una gozada estar con un grupo así. Dulces sueños pequeños granjeros y granjeras.
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