En primer lugar quiero agradeceros a
todos, compañeros y alumnos, la despedida que me hicisteis. Fue especialmente
emocionante cuando nos juntamos en la pecera y yo no sabía que era para despedirme.
Pero, como sabéis que aunque no soy del mismo Bilbao, pero sí de cerca, me
mantuve entero por los pelos. Lo recuerdo con mucho cariño al igual que otras
muchas situaciones. Me vienen mucho a la cabeza esas charlas que teníamos en el
coche de camino al colegio, las clases con los más pequeños, esas miradas que
te desarmaban, esas clases con los mayores, a veces, tan complicadas, pero que
viéndolas a posteriori creo que merecieron la pena. También recuerdo mucho las
salidas a Riopar y la sierra donde se compartía con los alumnos mucho más que
las clases. En fin, son muchas situaciones y recuerdos que se han quedado en
algún lugar de la memoria y del corazón. Pero es verdad que la vida sigue y que
se van viviendo nuevas experiencias.
Lo primero a lo que me dediqué
cuando me encontré con todo el tiempo del mundo fue a la huerta y a tallar
madera, pero precisamente por disponer de tanto tiempo empecé a darle vueltas a
la cabeza de lo que podría hacer y, mientras tallaba, escuchaba continuamente
noticias de los refugiados que llegaban a la isla de Lesbos, por lo que decidí
tantear la posibilidad de ir allá durante un par de meses. Me puse en contacto
con alguna micro ONG de las que trabajan allí y me pedían hablar inglés, pagarme
todos los gastos de viaje, estancia y manutención, disponer de un smartphone y
estar dispuesto a trabajar en turnos de día y de noche. Así que me puse manos a
la obra y me saqué los billetes de avión, encontré una habitación y me hice con
un teléfono moderno.
Pero resulta que durante este
proceso de prepararme lo necesario, se han juntado la Comunidad Europea
con Turquía y han llegado a unas conclusiones para con los refugiados
absolutamente vergonzosas. Los van a detener a todos y devolverlos a Turquía y
de allí van a mandar la misma cantidad de refugiados sirios legales. Una cosa
absurda en contra de los derechos humanos y del tratado de Ginebra. El tema es
que según este tratado van a trasformar Lesbos en un estado policial y las ONGs
están bastante despistadas y no cogen a nadie, al menos, desde aquí y te mandan
de unas a otras, pero nadie te dice que vayas con ellos. Lo que he decidido es
presentarme en Lesbos de todas maneras y ya veré allí lo que se puede hacer. De
momento ya me he inscrito en la policía de la isla, que es un trámite
obligatorio desde mediados de marzo.
Bueno, como veis, aquí me encuentro
con esta incertidumbre, pero decidido a tirar para adelante y saldré para
Lesbos el 30 de marzo hasta el 3 de junio si todo va bien. Eso sí, ya tengo mi facebook
y mi whatsapp.
Patxi Iriondo
Patxi, nunca nos vamos a olvidar de nuestros profe de ingles, ni si quiera los que ya no estamos, un abrazo.
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